Tres por medio real. Son buenas.
¿Regresáis de Compostela peregrino?
Si marchanta. Tengo ahora un
largo camino hacia casa.
Por vuestro acento parecéis provenzal.
Casi, vengo de La Auvernia, pero mis padres eran del sur
de los Pirineos. ¿Como os habéis dado cuenta? estoy en tierras castellanas y
tratáis de adivinar casi con éxito mi lugar de procedencia.
Como sabéis peregrino, estáis en el Camino de Santiago,
yo desde niña que mantengo este puesto de frutas al pie de este roble, no lejos
de mi casa y he visto pasar y he hablado con muchísimos peregrinos que van y
vienen en busca de la experiencia
religiosa que esperan encontrar en Compostela. Con el tiempo, he aprendido a
conocer por su voz, mas o menos de donde proceden.
Veo marchanta, que la ruta os da vida y prosperidad,
nunca os falta la clientela.
Si, no me puedo quejar, pero no todos paran o compran. La
mayoría andan con prisas, sobretodo si van de regreso, pues esperan poder
encontrar alberge en Santo Domingo de la Calzada antes de que les alcance la
noche.
Y vos, ¿habéis estado en Compostela?
De niña fui con mis padres, pero recuerdo poco.
Después…ya no ha habido tiempo, vinieron los hijos y he necesitado siempre
atender este puesto, si no, no alcanzaría para el pan de cada día. Mi marido es
bracero, pero no siempre tiene trabajo. En ocasiones es contratado por una
semana o dos, se marcha por un tiempo a alguno de los pueblos cercanos, otras
veces, esta en casa ocupándose del pequeño sembrado.
Yo he deseado hacer el peregrinaje, pero no ha servido de
nada. Solo he obtenido cansancio y casi ser robado.
¿Qué esperabais encontrar? ¿No habéis visto la tumba del
apóstol?
Oh si la he visto, si llegué, atendí a los oficios e hice
las plegarias de rigor con devoción. También di generosas limosnas a los pobres
y al templo.
Pero no he sentido la experiencia, el cambio.
¿A que os referís peregrino?
Desde muy joven desee hacer el peregrinaje. No había
podido por razones parecidas a las vuestras, pero hace dos años enviude y mis
hijos ya son mayores. Emprendí la marcha –pensé- antes de morir he de
experimentar el encuentro con la presencia de Dios en mi, tener la certeza de
que siento su presencia en mi interior, y no solamente creo lo que se me ha
dicho de que El estará esperándome a la hora de mi muerte.
¿Pensabais que el peregrinaje os daría esta seguridad?
Pensaba que el peregrinaje me transformaría de un
creyente a uno que ha visto con lo ojos del alma.
Voy de regreso, y lo único que he logrado es visitar el
lugar sagrado, pero por dentro, aun me siento vació.
Peregrino, ¿Cómo os llamáis?
Soy Martín Bernaldau pero los que me conocen, me suelen
llamar Le Clefer, por mi profesión, soy cerrajero, aunque ahora es Pierre, mi
segundo hijo el que lleva el taller.
Mi nombre es Alicia, dejad que os llame Martín.
Martín, escuchad esta palabras y decidme si estáis de
acuerdo con ellas.
Esta bien, habéis escuchado mi historia y es justo que
dedique unos minutos a oíros antes de partir.
Decís que venís vacíos de Compostela por que no habéis
experimentado esa presencia mística que imaginabas que el peregrinaje os
aportaría, y además también exclamáis el sentiros vacio.
Yo os digo, os pregunto, vos fuiste muchacho y
conocisteis la alegría de la vida con vuestra familia, el juego y la felicidad
de compartir con amigos, después os casasteis y seguramente fuisteis
inmensamente feliz con vuestra esposa y
gozasteis de la alegría de tener hijos, verlos crecer, etc. También
seguramente os habéis sentido satisfecho con vuestra profesión. Habréis tenido,
sin duda, momentos de dolor y tristeza como por ejemplo, la muerte de vuestra
esposa.
Todos estos años, esta vida llena de experiencias,
emociones, alegrías y también algunas amarguras, todo lo que habéis hecho, sido y sois Martín, todo esto es
vuestra existencia y a través de ella, vos sois la presencia que se manifiesta,
queríais encontrar a Dios en vos de una manera especial haciendo el peregrinaje
a Compostela, pero no os habéis dado cuenta de que el peregrinaje lo empezasteis
a hacer desde el día en que nacisteis, el camino a Compostela es solamente una
escenificación, una representación del acto de la vida, del atravesarla y del
buscar lo sagrado, representado por el templo y las reliquias del apóstol, pero
la verdadera esencia de lo que buscáis, es vuestra existencia misma y lo que
habéis hecho con ella. ¿Acaso al igual que ahora, el día en que veáis que se os
acerca la muerte –si así os es dado- también vais a decir que habéis vivido una
vida vacía y sin sentido solo por que cuando fuisteis a Compostela no experimentasteis un milagro?
Marchanta, perdón Alicia, me habéis dejado sin aliento.
Estoy confuso, pero intuyo que en vuestras palabras hay
mucha verdad. Tengo un largo camino para meditarlas, pero creo que después de
todo…no saldré del Camino de Santiago sin la experiencia que buscaba.
Ni sin unas dulces manzanas. Tomad estas tres, son mi
regalo peregrino.
Mas que manzanas me habéis dado marchanta…mucho mas, que
Dios os bendiga Alicia.