Por que me
sucedió a mi.
Mi primera
Navidad en Estados Unidos, fue la de 1983. Acababa de llegar en Abril.
Desde hacia
pocas semanas antes de Navidad, trabajaba para un familia, cuidando al patriarca, quien habia padecido una envolia
cerebral hacia tiempo.
Yo vivia en
el Distrito de Columbia (Washington DC) y esta familia estaba domiciliada en el
estado de Maryland, no muy lejos de la linea divisoria.
Trabajaba de
Domingo por la noche hasta Viernes por la tarde. Poco después de la cena, me
marchaba de fin de semana a mi pequeño apartamento en el centro de Washington.
Ese fin de
semana, Navidad cayó en Domingo, o sea que me tenía que reportar al trabajo, el
Domingo al atardecer, ya noche casi.
Fué uno de
los fines de semana mas frios que recuerdo en este pais. Hacía un frio
tremendo. El agua del rio Potomac se habia congelado y las gaviotas caminaban por
encima del hielo a medio rio.
Para ir al
trabajo, tomaba un autobus desde el centro de Washington, hasta la linea
divisoria con Maryland. Ahi normalmente trasbordaba a uno mas pequeño que me
dejaba casi en la puerta de la casa. Eran solamente unos pocos kilometros de
distancia, pero demasiados para andar y llegar a tiempo.
Esa tarde de
Navidad, después de comer con mi compañera, me dirigi bien abrigado, a la parada
del autobus. Llegó con puntualidad y me dejó en la estación de metro de Friendship
Height’s, donde se supone que llegaba el microbus.
Esperaba y
esperaba, Eramos tres o cuatro esperando. El frio nos estaba casi paralizando.
Yo empezé a
temer de que no habria servicio ese dia, y asi era efectivamente. El frio era
demasido fuerte como para caminar 4 o 5 kilometros. Estabamos ya bien
preocupados.
De repente
de la nada, aparece un choche grande, un sedan de estos antiguos con asientos
anchos, lo conducia una mujer ya de cierta edad.
Se detubo
delante de nostros y nos invitó a subir, diciendonos de que no habia servicio y
que ella nos llevaría al lugar que fueramos.
Sabía que no
había servicio y estaba activamente buscando gente dejada en la calle, como
nosotros, para sacarlos del frio.
Eramos
cuatro creo. Entramos al coche rápidamente uno delante y tres detrás.
A mi me dejo
el ultimo, por que iba algo mas lejos que los demas.
Cada Navidad
desde entonces, recuerdo este suceso y
bendigo mil veces a ese ángel, que quizas nos salvó la vida.
Imagen: Angel de La Virgen de las Rocas.Leonardo de Vinci.
CREO QUE HABIAS CONTADO ESTA ESPERIENCIA EN OTRO ESCRITO. ES MARAVILLOSA. ASI SE PRESENTAN A VECES LOS ANGELES. GRACAS POR COMPARTIRLA CON TUS LECTORES. TE DESEAMOS MUCHAS MAS EXPERIENCIAS COMO ESTAS. LOS ANGELES EXISTEN Y A VECES NOS INSPIRAN A AYUDARNOS UNOS A OTROS COMO LO HIZO ESA SENORA. ABRAZOS.
ReplyDeleteSi, la he contado en el pasado...La recuerdo cada Navidad.
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